Abstract

En marzo del 2020 cuando la transmisión de SARS–CoV–2 fue declarada pandemia, los servicios de salud del mundo entero sufrieron profundas reestructuraciones y asumieron desafíos orientados a dos aspectos esenciales de la atención, dar respuesta a la rápida propagación del virus y por tanto al diagnóstico de la infección y sus consecuencias en la salud de las personas y mantener activos los servicios de atención y consultas de aquellas áreas que no fueron consideradas como esenciales en relación a la presencialidad. La inclusión de la telemedicina a los procesos clínicos–asistenciales en salud, surge como una estrategia válida para suplir estas necesidades. En este contexto la Unidad de Telemedicina de la Universidad de Concepción en Chile, “Telmed–UdeC”, desarrolló una plataforma tecnológica para evaluación de pacientes sospechosos de COVID–19, “TeleCOVID–19 UdeC”, que contó con un algoritmo de evaluación de riesgo y para los casos sospechosos de Chile, consideró una teleconsulta médica gratuita para orientación, educación y derivación de pacientes. Esta plataforma permitió el acceso de 1.399.562 personas de 144 países, generando 1.236 teleconsultas a pacientes pesquisados como sospechosos, provenientes de distintas regiones de Chile. Luego de un año de desarrollo del proyecto, se logró identificar aspectos claves para aplicar estrategias de telemedicina en situaciones similares, destacando la importancia del trabajo interdisciplinario, el potencial de las redes de contactos y de colaboración y la fuerza de los medios de comunicación. Por último, podemos destacar que la telemedicina es una estrategia dinámica y adaptable de acuerdo a las necesidades sociosanitarias, siendo los próximos desafíos consolidar los aprendizajes obtenidos y propender a la integración de las tecnologías de información y comunicación a la salud, para enfrentar contextos de crisis de la población.