INTRODUCCIÓN
La nueva enfermedad por coronavirus denominada COVID - 19 originada en Wuhan, China, ha afectado al mundo desde diciembre de 2019 siendo una pandemia de preocupación internacional debido a la gravedad de ésta, creando una crisis tanto social como sanitaria a nivel mundial, siendo definida en febrero del 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2 (Fuentes-Barría et al., 2021).
El 2019 sólo se registraban seis tipos diferentes de coronavirus. Cuatro de estos (HCoV-NL63, HCoV-229E, HCoV-OC43 y HKU1) asociados a sintomatología de resfriado común, mientras que los dos restantes relacionados al síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), cuya afectación involucra a los sistemas nervioso central, respiratorio y gastrointestinal, siendo la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE2) el receptor necesario para la entrada viral, mientras algunos estudios indican diversas rutas de transmisión por contacto con membranas mucosas nasales, oculares y orales. Además de trasmisión directa por inhalación de gotas salivales provenientes de tos y estornudos en contactos estrechos, donde se pueden presentar individuos sintomáticos como asintomáticos (Parra-Sanabria et al., 2020; Fuentes-Barría et al., 2021).
En nuestro país se tomaron medidas preventivas cuando inició la pandemia el año 2020 a través del plan “Paso a Paso”, el cual estableció una serie de medidas flexibles en función de la evolución del COVID-19 entre las que destacan; lavado de manos frecuente, distanciamiento social de 1 metro entre personas, uso de mascarillas en espacios abiertos y cerrados, además del cierre de establecimientos no esenciales como centros educacionales (Osorio-Parraguez et al., 2021). Por otro lado, en la actualidad se han puesto en práctica distintos métodos para confirmar casos de coronavirus, destacando la toma de PCR mediante hisopado nasofaríngeo, prueba de detección de antígeno la cual puede ser mediante hisgropado nasofaríngeo, muestra de saliva o sangre, Además de la vacunación como medida preventiva a partir de febrero de 2020, donde Chile ha destacado a nivel mundial por su amplia cobertura y disponibilidad de vacunas (Dabanch et al., 2021).
Hoy en día es sabido que el COVID - 19 ha repercutido tanto en el sistema respiratorio, muscular, neuronal, etc. afectando la calidad de vida de los pacientes contagiados. Sin embargo, también es de importancia el impacto que ha tenido sobre la cavidad oral y salud bucodental definida la ausencia de patologías o trastornos que limiten la capacidad de morder, masticar, sonreír y hablar repercutiendo en el bienestar psicosocial (Vargas-Palomino et al., 2019). En este sentido, SARS-CoV-2 puede afectar el funciona- miento de las glándulas salivales, las sensaciones del gusto, olfato y la integridad de la mucosa oral, cuya sintomatología se vincula a la presencia de hiposalivación y xerostomía expresada como un déficit del flujo salival acompañado de una sensación de boca seca, donde las células epiteliales de las glándulas salivales y de la lengua actúan como anfitriones de SARS-CoV- 2 gracias a que poseen una alta expresión de ACE2 posibilitando una mayor susceptibilidad a la infección a través de la cavidad oral, cuya carga viral se ha relacionado con la aparición de disfunciones gustativas como: ageusia, hipogeusia, hipergeusia y disgeusia o parageusia; disfunciones gustativas, mientras que por otro lado el ACE2 ha po- sibilitado el uso de la saliva como método de diagnóstico no invasivo para COVID-19, sin embargo, su aplicación debe conllevar el uso de múltiples elementos de protección personal por parte del personal odontológico (Nemeth-Kohanszky et al., 2020; To et al., 2020; Xu et al., 2020; Falcón-Guerrero & Falcón- Pasapera, 2021).
En este contexto, se han observado tres vías diferentes para que el SARS-CoV-2 se presente en la saliva, donde la primera se caracteriza por una presencia desde el tracto respiratorio inferior y superior comunicado con la cavidad oral por gotas de líquido intercambiadas por estos órganos, un segundo mecanismo donde la sangre puede ingresar a la cavidad oral por medio del fluido crevicular y una última vía caracterizada por una infección de las glándulas salivales acompañada de liberación de partículas a través de los conductos salivales (Sabino-Silva et al., 2020). Por otro lado, algunos autores señalan que el paciente contagiado puede presentar infecciones fúngicas oportunistas, infección recurrente por el virus del herpes simple oral, ulceraciones orales inespecíficas, disgeusia, ulceraciones y gingivitis, cuyo origen se cree es producto del estado inmunocomprometido del individuo infectado junto con la higiene deficiente que presenta, por ende, mantener o mejorar la higiene oral durante la infección por SARS-CoV-2 ayuda a reducir la carga bacteriana y el riesgo potencial de una sobreinfección (Nemeth- Kohanszky et al., 2020; Pastrian-Soto, 2020).
El punto en común de todas estas condiciones orales es que son producidas debido a que el individuo presenta un estado de inmunocompromiso por parte de su sistema inmunológico, lo cual hace que esté más susceptible a ser contagiado con este virus y producir estas lesiones en la cavidad oral, lo cual produce que su salud bucal esté deteriorada y afecte su calidad de vida, donde se ha demostrado que células epiteliales de glándulas salivales y de la mucosa oral expresan el receptor ACE2 y teóricamente podrían ser sitios de infección por SARS-CoV-2, donde el COVID-19 puede ocasionar lesiones secundarias debido al sistema inmunocomprometido del paciente, por esto se debe considerar la posibilidad de infecciones oportunistas y de reacciones adversas de los tratamientos (Falcón-Guerrero & Falcón-Pasapera, 2021).
En este contexto, el odontólogo cumple un rol fundamental debido a que puede realizar un diagnóstico preciso frente a estas lesiones o interconsultas con un patólogo experto en dichas lesiones para otorgar un tratamiento efectivo ya sea con fármacos orales, tópicos, intervenciones quirúrgicas para remoción de lesiones, etc. Otorgando una solución efectiva y mejorando la calidad de vida del paciente.
Debido a esto, es este trabajo se planteó como objetivo describir los efectos del COVID-19 sobre la cavidad oral en pacientes adultos.
MATERIAL Y MÉTODO
Diseño. Se realizo un Overview de revisiones sistemática siguiendo las directrices de la declaración Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses (PRISMA) para revisiones sistemática con y sin meta análisis (Moher et al., 2009).
Estrategia de búsqueda. Se ejecuto una búsqueda electrónica en las bases de datos; Medline a través de PubMed, Scopus y Springer, donde se utilizó la siguien- te estrategia de búsqueda: “COVID-19 OR SARS- CoV-2 AND oral cavity AND oral manifestations". La búsqueda de artículos publicados se limitó hasta 2021 sin restricción de idioma.
Criterios de elegibilidad. Los criterios de elegibilidad se establecieron en base al acrónimo P.I.C.O.T (población, intervención, comparación, outcome de interés y tipo de estudio), donde se establecieron los siguientes criterios de inclusión:
P: Adultos diagnosticados con COVID-19
I: Tratamientos contra manifestaciones orales.
C: No aplica.
O: Manifestaciones orales como alteraciones del gusto, xerostomía, lesiones aftosas y gravedad del cuadro clínico.
T: Revisiones sistemáticas con meta análisis de estudios clínicos aleatorizados y/o observacionales.
Selección y recolección de datos. Dos autores en forma independiente (V.O.R y V.Z.N) seleccionarán los artículos, los cuales revisarán cada escrito extrayendo de cada uno el diseño de estudio, tamaño muestral, tipo de manifestaciones orales y estado de salud oral de los pacientes con COVID - 19, mientras que un tercer revisor (H.F.B) zanjo las discrepancias.
Evaluación metodológica. Los estudios incluidos en este resumen de revisiones sistemáticas se evaluaron para el riesgo de sesgo según The Assessing the Methodological Qual-ity of Systematic Review The Development Ameasure-ment Tool to Assess Systematic Reviews 2 (AMSTAR-2) (Shea et al., 2017). Esta herramienta consta de 16 ítems y tiene la validez de contenido para medir la calidad metodológica, además de la fiabilidad de las revisiones sistemáticas; a cada uno de los 16 ítems se le asigna una puntuación de 1 si cumple el criterio específico o una puntuación de 0 si no cumple el criterio, no es clara o no es aplicable, definiendo de esta forma si el artículo posee una calidad metodológica baja (≤ 8 puntos), media (≤ 12 puntos) y alta (> 12 puntos).
RESULTADOS
En la Figura 1 se identificaron 312 publicaciones en todas las bases de datos, registrándose 36 artículos duplicados, después de leer el título y el resumen se excluyeron otros 257 artículos. Los artículos restantes se leyeron a texto completo y se seleccionaron 3 artículos los cuales cumplieron con los criterios de inclusión (Aragoneses et al., 2021; Dos Santos et al., 2021a,b). En la Tabla I se observan las principales características de los estudios incluidos en el presente resumen, donde en general, la evaluación realizada por los autores presentó una calidad metodológica media y alta (bajo riesgo de sesgo) para las tres revisiones sistemáticas incluidas. En la Tabla II se observa una vinculación entre el COVID-19 y la prevalencia de xerostomía y deterioro del gusto con alto nivel de certeza en el sistema GRADE.
DISCUSIÓN
En la actualidad no existe ningún overview de revisiones sistemáticas que describa los efectos del COVID-19 sobre la cavidad oral en pacientes adultos.
En este contexto, Dos Santos et al. (2021a) menciona subtipos de trastornos del gusto como la digeusia, hipogeusia y ageusia en pacientes con COVID-19, reportando una prevalencia del 45 % mayoritariamente desarrollado en pacientes de sexo femenino. No obstante, en su actualización de seis meses evidenció una reducción sobre la prevalencia de los trastornos del gusto (Dos Santos et al. 2021b), donde estas pequeñas variaciones sé podrían atribuir en parte a la presencia de infecciones previas de las vías respiratorias superiores (Hüpsch-Marzec et al., 2021).
En cuanto a la prevalencia de COVID-19 se relacionó con xerostomía en las tres revisiones analizadas (Aragoneses et al., 2021; Dos Santos et al., 2021a,b). Sin embargo, otros trabajos no han logrado establecer grado de asociación posiblemente atribuido a que las lesiones orales surgen producto del resultado de una disminución de la inmunidad ya sea por infección viral, oportunista, secundaria al tratamiento (Farid et al., 2022). En este sentido, el nivel de certeza de evidencia GRADE permite solo considerar para la toma de decisiones clínicas la vinculación del COVID-19 con los trastornos del gusto y xerostomía, mientras que la gravedad del cuadro clínico de COVID- 19, lesiones orales generales y lesiones aftosas presentan un bajo nivel de certeza, siendo todos estos resultados respaldados por la valoración metodológica AMSTAR-2 realizada en el presente resumen.
CONCLUSIÓN
Se puede concluir con alta certeza una relación entre la presencia del COVID-19 y el desarrollo de trastornos del gusto y xerostomía. No obstante, se requieren de más revisiones sistemáticas con meta análisis que permitan la toma de decisiones clínicas en torno a otros tipos de manifestaciones orales.