Las limitaciones al ejercicio, las secuelas físicas y psicológicas, son las principales consecuencias reportadas en pacientes con lesión pulmonar grave1 . Por esta razón, estimar las consecuencias funcionales, emocionales y la discapacidad, se ha vuelto un tema importante en los pacientes que sobreviven a la hospitalización post enfermedad por coronavirus (COVID-19)2 , en especial en aquellos casos con hospitalización prolongada, dado los efectos negativos del reposo en cama y la inmovilidad3 .
El objetivo de este estudio fue evaluar las secuelas físicas y emocionales, la desaturación de esfuerzo y fragilidad clínica un mes después del alta hospitalaria en una muestra de pacientes que sobrevivieron a la neumonía por COVID-19.
Métodos
Participantes y diseño
Este estudio transversal recopiló datos rutinarios de pacientes sobrevivientes a la hospitalización por COVID-19 que fueron ingresados consecutivamente al programa de seguimiento ambulatorio en la Unidad Hospital de Día del Hospital Clínico La Florida Dra. Eloísa Díaz (Santiago, Chile) entre el 4 de agosto y el 25 de septiembre de 2020. Los criterios de inclusión fueron: a) edad ≥ 18 años; b) diagnóstico de COVID-19 por resultado positivo en la prueba PCR de muestra nasal; c) paciente ambulatorio, estable luego de un mes del alta hospitalaria; d) aceptar voluntariamente participar del estudio. No hubo criterios de exclusión, ya que se registraron los datos de todos los pacientes derivados al programa de seguimiento ambulatorio. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente. La investigación se realizó siguiendo las directrices de “Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology” (STROBE).
Recolección de datos
Para este estudio se recolectaron datos de la ficha clínica en relación a las variables clínicas y demográficas del paciente, incluyendo: edad, sexo, comorbilidades, historia médica, días de hospitalización y antecedentes de estadía en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Durante la admisión al programa, el médico a cargo solicitó exámenes de laboratorio y una tomografía computarizada de tórax, la cual fue informada por un radiólogo de la institución. La valoración funcional se realizó utilizando el 1-min sit to stand test (1STST), prueba que consiste en pararse y sentarse de una silla la mayor cantidad de veces durante un minuto. Esta prueba ha sido ampliamente validada y utilizada para determinar la capacidad física en pacientes con enfermedad intersticial4 y en pacientes con COVID-195 . Se excluyó del 1STST a los pacientes con presión arterial sistólica > 180 mmHg y/o presión arterial diastólica > 100 mmHg y a aquellos pacientes con restricción de la movilidad o con dolor articular que dificultara la ejecución de la prueba. El 1STST se realizó con una silla de altura estándar de 46 cm, sin apoyabrazos y se utilizaron los valores de referencia basados en la población adulta sana reportados previamente por Strass-mann y col.6 . Los parámetros cardiorrespiratorios fueron evaluados inmediatamente antes y después de la prueba. Se consideró una disminución ≥ 4 puntos en la SaO2 como una desaturación clínicamente significativa4 . Por otro lado, se utilizó la Escala de Fragilidad Clínica7 para determinar la funcionalidad diaria del paciente, antes y después de la hospitalización. El estado emocional fue evaluado utilizando la Escala Hospitalaria de Ansiedad y Depresión, la cual consta de una subescala de ansiedad de 7 ítems y una subescala de depresión de 7 ítems. Cada elemento puntúa en una escala Likert de 4 puntos. Zigmond y Snaith8 recomendaron un puntaje de corte mayor a 7 para determinar posible ansiedad o depresión en ambas subescalas.
Análisis estadístico
La normalidad de los datos se evaluó mediante la prueba de Shapiro-Wilk. Los datos se expresaron como media ± desviación estándar (DE) o mediana y rango intercuartílico según la distribución. Las variables cualitativas se expresaron en frecuencias y porcentajes. La prueba T para muestras indepentiente se utilizó para comparar las variables de interés entre los pacientes con o sin antecedentes de estadía en UCI. La prueba T para muestras relacionadas se utilizó para comparar los parámetros cardiorrespiratorios antes y despúes del 1STST. El coeficiente de correlación de Pearson se utilizó para evaluar las asociaciones entre el número de repeticiones en el 1STST, la fragilidad clínica, los síntomas de depresión y ansiedad, la disnea y fatiga de esfuerzo, la edad, índice de masa corporal y días de estancia hospitalaria. La significancia estadística se estableció en P < 0.05. Todos los análisis estadísticos se realizaron en SPSS versión 22.0 (IBM Corporation, Armonk, NY).
Resultados
Un total de 70 pacientes fueron incluidos en este estudio. La edad promedio fue de 63,1 ± 13,1 años, 54.3% eran mujeres y la estadía hospitalaria en promedio fue de 19,8 ± 14,7 días. El 95,7% presentó un patrón tomográfico alterado. La Tabla 1 muestra la caracterización basal de los pacientes incluídos. El 85,7% de los pacientes pudieron ejecutar el 1STST con un promedio de 20,6 ± 4,8 repeticiones. El 48,3% de los pacientes tuvo un rendimiento bajo el percentil 2,5 según los valores de referencia reportados en población adulta6 y 28,3% de los pacientes presentó desaturación por esfuerzo durante el 1STST.
Sujetos (n) | 70 | |
Edad (años) | 63,1 ± 13,1 | |
Género | ||
Femenino | 54,3% | |
Masculino | 45,7% | |
IMC (kg/cm2 ) | 29,8 ± 5,4 | |
Días de hospitalización | 19,8 ± 14,7 | |
Estadía en UCI | 27,1% | |
Comorbilidades | ||
Hipertensión | 62,9% | |
Obesidad | 45,7% | |
Diabetes | 34,3% | |
Cardiopatía | 14,3% | |
EPOC | 2,9% | |
Asma | 5,7% | |
Enfermedad neurológica | 7,1% | |
Enfermedad renal crónica | 10% | |
Cáncer | 4,3% | |
Enfermedad autoinmune | 2,9% | |
Patrón tomográfico | ||
Opacidades en vidrio esmerilado | 34,3% | |
Consolidación | 1,4% | |
Empedrado | 4,3% | |
Mixto | 55,7% | |
Sin alteración | 4,3% | |
Distribución unilateral | 4,3% | |
Distribución bilateral | 91,4% | |
Exámenes de laboratorio | ||
Leucocitos (103 mm3 ) | 8,1 ± 2,4 | |
Hemoglobina (%) | 13 ± 1,6 | |
Hematocrito (g/dL) | 39,2 ± 4,6 | |
PCR (mg/dL) | 1,3 ± 2,7 | |
Creatinina (mg/dL) | 1,2 ± 1,4 | |
Dímero D (ng/mL) | 1,056 ± 1,667 | |
Ferritina (ng/mL) | 288 ± 395 | |
Capacidad física (1STST, repeticiones) | 20,6 ± 4,8 | |
Depresión (HADS, puntos) | 5,6 ± 3,9 | |
Ansiedad (HADS, puntos) | 6,8 ± 4 | |
Escala de fragilidad clínica | 3,5 ± 1,3 |
Abreviaciones: 1STST: 1 min sit-to-stand test; EPOC: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica; HADS: Hospital Anxiety and Depression Scale; IMC: Índice de masa corporal; UCI: Unidad de cuidados intensivos. Datos presentados en media ± DE a menos que se indique lo contrario.
Por otro lado, 25% de los pacientes obtuvo puntajes > 7 para depresión y 33,3% para ansiedad. El 32,8% de los pacientes obtuvo puntajes ≥ 4 en la Escala clínica de fragilidad. Las principales secuelas físicas y emocionales evaluadas en los pacientes con COVID-19 se resumen en la Figura 1 . No hubo diferencias significativas al comparar pacientes con o sin antecedentes de estadía en UCI (P > 0,05). Se observaron diferencias significativas en todos los parámetros cardiorrespiratorios evaluados antes y después del 1STST (P < 0,05) ( Tabla 2 ). Respecto a las correlaciones estudiadas, solo se observó una asociación leve entre la fragilidad clínica y la edad (r = 0,263, p = 0,042) y la fragilidad clínica con los días de estancia hospitalaria (r = 0,294,p = 0,023). No hubo asociación entre el resto de las variables de interés (p > 0,05).
Características | Basal | Final | Cambio [IC 95%] | P-valor |
---|---|---|---|---|
SaO2 (%) | 96,5 ± 1,4 | 94 ± 3,4 | -2,5 [-3,3 a −1,7] | < 0,001 |
Frecuencia cardiaca (lpm) | 85,2 ± 11,6 | 103,9 ± 16,7 | 18,7 [15,6 a 21,9] | < 0,001 |
PA sistólica (mmHg) | 134,5 ± 14,3 | 142,2 ± 21,7 | 7,7 [2,9 a 12,5] | 0,002 |
PA diastolica (mmHg) | 85,5 ± 12,1 | 88,3 ± 14,1 | 2,8 [0,1 a 5,5] | 0,043 |
Disnea, Escala Borg (0-10) | 1,6 ± 1,9 | 3,9 ± 2,5 | 2,4 [1,9 a 2,9] | < 0,001 |
Fatiga, Escala Borg (0-10) | 1,3 ± 2,1 | 2,7 ± 2,7 | 1,3 [0,8 a 1,8] | < 0,001 |
Abreviaciones: IC 95%, intervalo de confianza del 95%; lpm, latidos por minuto; PA, Presión arterial; SaO2, Saturación arterial de oxígeno. Datos presentados en media ± DE a menos que se indique lo contrario.
Discusión
Nuestros resultados son consistentes con la literatura actual, donde encontramos que, al mes del alta hospitalaria, los pacientes post COVID-19 presentaron una disminución de la capacidad física. Además, uno de cada cuatro pacientes presentó síntomas de depresión y uno de cada tres presentó síntomas de ansiedad.
Belli y col.5 también reportaron una disminución en la capacidad física en pacientes post COVID-19, evaluada mediante el 1STST. Sin embargo, el rendimiento en la prueba fue más bajo y el porcentaje de pacientes por debajo del percentil 2,5 de los valores de referencia6 fue de 74% versus 48% observado en nuestra muestra. Una posible explicación para esta diferencia podría ser la edad de los pacientes. En su población de estudio, la edad promedio fue de 74 años, frente a los 63 años en nuestra muestra. Además, Belli y col. realizaron el 1STST inmediatamente al momento del alta hospitalaria, donde los efectos negativos del reposo prolongado podrían ser más evidentes.
Por otro lado, Kong y col.9 reportaron una prevalencia similar de síntomas de depresión y ansiedad. Por lo tanto, nuestros resultados refuerzan la necesidad de que los equipos de salud presten más atención a la salud mental de los pacientes con COVID-19. A su vez, es importante elaborar estrategias que brinden apoyo psicológico oportuno para los casos más graves.
Los pacientes que sobreviven a la hospitalización por COVID-19 son susceptibles de desarrollar un deterioro de calidad de vida relacionada con la salud10 , esto se podría explicar por la alta prevalencia de secuelas físicas y emocionales post hospitalización. Además, la persistencia de sintomas respiratorios (por ejemplo, fatiga y disnea)11 , la pérdida de la independencia en actividades de la vida diaria12 y la función pulmonar deteriorada (por ejemplo, la capacidad de difusión)13 podrían ser otros factores claves que afectan la calidad de vida de los pacientes.
Los hallazgos de este estudio podrían ser de gran interés para la población latinoamericana y aporta datos relevantes en el marco regional de la pandemia, reforzando la idea de que los centros de seguimiento después del alta hospitalaria son necesarios para para determinar las consecuencias de la enfermedad. Además, esto permitiría definir las mejores estrategias de rehabilitación necesarias para impactar en la salud de las personas post COVID-19. Los programas de rehabilitación deben ser integrados por equipos interdisciplinarios y considerar los aspectos relacionados a los determinantes sociales de la salud14 .
Finalmente, nuestro estudio presenta algunas limitaciones, como la pequeña muestra incluida y la naturaleza del muestreo por conveniencia. Tampoco se realizaron evaluaciones cognitivas, que están muy relacionadas con el desempeño en le rendimiento físico15 . Además, los resultados del 1STST se compararon con valores de referencia internacionales, ya que para nuestro país no están disponibles.
En conclusión, los pacientes post neumonía COVID-19 al mes del alta hospitalaria tienen una disminución de la capacidad física. Además, uno de cada cuatro pacientes presentó síntomas de depresión y uno de cada tres presentó síntomas de ansiedad.